viernes, 8 de abril de 2016

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De desacatos / Opinión

Quizás el país pueda evaluar su posición sobre el fallo de la Haya una vez alcance la paz.


Varios medios de comunicación y un buen número de observadores han buscado contextualizar la reciente determinación de desacato del Gobierno colombiano a la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) comparándola con lo que serían actos similares de otros países ante fallos de la CIJ. Uno de los ejemplos mencionados es el de Argentina y su disputa con Chile en torno al canal del Beagle.
Sin embargo, se incurre en notables errores fácticos y políticos cuando se usa este caso para hacer esa comparación, y se confunde a la opinión pública, que debería poder sacar alguna lección diplomática, jurídica y geopolítica del reciente anuncio del Gobierno colombiano.
Tres aspectos fundamentales impiden asemejar la decisión argentina de entonces con la colombiana actual. Primero, el histórico contencioso argentino-chileno remitía a la soberanía de islas e islotes en el extremo sur (por debajo de Tierra del Fuego) del continente. En 1971, Chile y Argentina acordaron que el Reino Unido –que a su turno tenía un litigio con Argentina respecto a Malvinas– fuera el árbitro y nunca se recurrió a la CIJ. En 1977 hubo un fallo arbitral británico que, en líneas generales, fue muy favorable a Chile por lo que Santiago lo aceptó y Buenos Aires lo rechazó. La CIJ nada tuvo que ver con este caso.
Segundo, hay que recordar que en Argentina gobernaba una Junta Militar que desde 1976 imponía el peor terrorismo de Estado en la historia del país. Los militares declararon el fallo arbitral “insanablemente nulo”. No parece aconsejable que, en la presente deliberación pública, algunas voces validen el rechazo a un fallo por parte de una dictadura (la Argentina de ayer) con el de una democracia (la Colombia de hoy). Ahora bien, la tensión posterior al fallo fue tan grave que en 1978 crecieron los preparativos para una eventual confrontación, ante lo cual se concibieron algunas opciones como, entre otras, la negociación directa o la solicitud de un mediador. La guerra parecía inminente en 1978.
En ese marco se abrió espacio a la idea de la mediación: se contemplaron para ello a la OEA, al rey Juan Carlos I de España o al Vaticano. La Santa Sede, bajo Juan Pablo II, se convirtió en la mediadora a partir de 1979. Entonces surgió una nueva fórmula papal (diciembre de 1980) que le otorgaba (otra vez) las islas en disputa a Chile, mientras establecía un nuevo perímetro que sería una zona económica compartida por ambos países. Chile la aprobó de inmediato. Argentina, todavía bajo el gobierno de facto, solicitó precisiones.
Tercero, Argentina, a diferencia de la actitud de Colombia frente al fallo de la CIJ de 2012 (y al de 2016), revisó su postura. Mostrando una fuerte convicción política, y a pesar de que no controlaba el Congreso y soportó intentonas golpistas (Raúl Alfonsín, electo en 1983), sometió la propuesta papal a una consulta popular. Con más de 10 millones de votos, el 82 % de los argentinos se decidieron a favor de acoger la fórmula vaticana. En ese momento histórico, la voluntad política, el coraje personal y la capacidad de aglutinar fuerzas más allá de las banderas partidistas se conjugaron para sentar las bases de la convivencia con el vecino.
En 1984, Chile y Argentina firmaron el Tratado de Paz y Amistad. De ahí en adelante, y en especial durante el gobierno de Carlos Menem, se fueron resolviendo de forma directa veintiún contenciosos limítrofes pendientes en la zona cordillerana. Hoy, los vínculos financieros, comerciales, políticos y turísticos son muy sólidos y por primera vez en el caso de dos países periféricos se ha creado un contingente militar; el Batallón Cruz del Sur, que con un comando rotatorio e igual número de soldados de cada parte servirá en misiones de paz que cuenten con resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Dos países que estuvieron a punto de ir a la guerra ahora se proponen aportar, conjuntamente, a la paz.
Las precisiones y detalles del ‘desacato’ argentino ofrecen la posibilidad de mirar las experiencias históricas desde otra perspectiva. Conflictos irresueltos solo invitan a su perpetuación y a la pugnacidad.
Es fundamental comprender que sí es posible reorientar las situaciones que involucran la soberanía nacional, aunque en lo inmediato no se imaginen soluciones alternativas. Quizás una vez alcanzada la paz interna Colombia repiense, con un consenso ampliado, el sentido y el alcance de su desacato.
JUAN GABRIEL TOKATLIAN
Internacionalista
Participación: Erika Johana Henao F


Referencia
Quizás el país pueda evaluar su posición sobre el fallo de la Haya una vez alcance la paz. Disponible en: http://www.eltiempo.com/politica/gobierno/fallo-de-la-haya/16546016 . Consultado 8 de abril 2016.


Minjusticia presentó el Sistema de Información de la Conciliación, el Arbitraje y la Amigable Composición - SICAAC, desarrollado por la UIS. 
Con dos sesiones realizadas en horas de la mañana y la tarde el pasado jueves 3 de diciembre de 2015, el Ministerio de Justicia y del Derecho llevó a cabo el acto de socialización del Sistema de Información de la Conciliación, el Arbitraje y la Amigable Composición (SICAAC), evento que contó con la presencia de cerca de 400 invitados entre directores y representantes de centros de conciliación y arbitraje del país.
La nueva herramienta tecnológica diseñada y desarrollada por el Grupo de Investigación en Sistemas y Tecnología de la Información (STI), adscrito a la Escuela de Ingeniería de Sistemas e Informática de la Universidad Industrial de Santander (UIS), sede Bucaramanga, apoyará a la cartera ministerial en los procesos de control, inspección y vigilancia a más de 1500 centros y entidades que reportan información en el marco de la operación de los Métodos Alternativos de Solución de Conflictos (MASC).
Así mismo, este nuevo software permitirá a más de 5 mil operadores a nivel nacional adelantar labores de registro, consulta, reporte y gestión general de la información de sus organizaciones; al tiempo que posibilitará al ente estatal tomar decisiones de política pública en materia de acceso a la justicia, producto del análisis de dicha información.
El evento contempló la presentación general del sistema, sus principales ventajas y funcionalidades, la estrategia de puesta en marcha y la resolución de inquietudes de los asistentes en torno a aspectos jurídicos y técnicos de la operación del mismo. Esta presentación estuvo a cargo de una abogada y tres ingenieros de sistemas UIS, integrantes del equipo de desarrollo del SICAAC. 

De igual forma, el acto contó con intervenciones de la nueva Directora de MASC de Minjusticia, Dra. Adela Parra González y del Profesor Luis Carlos Gómez Flórez, Director del Proyecto SICAAC, quien manifestó que en adelante el acceso a los MASC por parte de los ciudadanos del común será más eficiente, inmediato y cómodo. “Aunque en principio no van a interactuar directamente con el sistema, sí podrán hacer consultas y se verán beneficiados porque los centros de conciliación y arbitraje les van a ayudar a hacer más agiles sus trámites y gestiones en materia de solución de conflictos”.
Los representantes de centros de conciliación, arbitraje y amigable composición de organizaciones privadas tales como Cámaras de Comercio, Fundaciones, ONG’s, Asociaciones y Empresas del país se dieron cita en la sesión de la mañana, mientras que los representantes de centros de conciliación de entidades públicas como Consultorios Jurídicos de Universidades, Personerías, Procuradurías y Defensorías del Pueblo del país participaron del acto en la sesión de la tarde.
Los asistentes se mostraron satisfechos y optimistas con el SICAAC. “Esta herramienta nos permitirá manejar información más detallada y exacta de cada caso, así como una estadística más amplia y confiable. Así se beneficiarán todos cuantos requieran de nuestros servicios”, manifestó Jhon Jairo Perdomo, Director de los centros de conciliación de la Cámara de Comercio de La Dorada (Caldas) y Puerto Boyacá (Boyacá).
Al cierre del evento, Ana María Ramos, Viceministra para la Promoción de la Justicia, dirigió unas palabras al público, manifestando que el SICAAC es una muestra más del interés del Ministerio por aprovechar cada vez mejor las tecnologías de la información y las comunicaciones en la administración de justicia.
“Este es un paso que damos para tener un sistema más moderno. A él se podrá acceder por internet, permitirá el ingreso de información en línea y nos suministrará reportes estadísticos más completos, confiables y oportunos. Integrará conciliación, amigable composición, insolvencia y arbitraje en un solo sistema de información y nos permitirá interoperar con los centros de conciliación que tengan sistemas propios. Sin duda, nos ofrece muchas ventajas”, indicó la alta funcionaria.
Participación: Cruz del Rosario Rosero A.

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